Moscú, 25 de agosto de 2024 – En un dramático llamamiento, el vicepresidente ruso, Vladislav Davankov, ha pedido al ministro de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov, que tome medidas inmediatas tras el inesperado arresto de Pavel Durov, el enigmático fundador de la aplicación de mensajería ampliamente utilizada Telegram.

Durov, a quien se ha descrito con frecuencia como un defensor de la privacidad digital y la libertad de expresión, fue detenido por las autoridades francesas en el aeropuerto de París-Le Bourget en circunstancias que han dejado a muchos desconcertados y preocupados. Conocido por su firme postura contra la vigilancia gubernamental, el arresto de Durov ha causado revuelo tanto en el mundo tecnológico como en los círculos políticos, y muchos temen que el verdadero motivo de su detención pueda ser más siniestro.

En un emotivo mensaje compartido en su propio canal de Telegram, Davankov no se anduvo con rodeos. Advirtió que el arresto podría ser parte de una estratagema política más amplia destinada a presionar a Durov para que entregue el acceso a la vasta reserva de datos de usuarios de Telegram. “Esto no se puede permitir”, afirmó Davankov, haciéndose eco de los temores de millones de personas que dependen de Telegram para una comunicación segura.

La embajada rusa en Francia ya ha entrado en acción. Incluso antes de la petición pública de Davankov, los diplomáticos habrían estado trabajando entre bastidores para reunir información y garantizar que se respetaran los derechos de Durov. La actitud proactiva de la embajada pone de relieve lo mucho que está en juego, no sólo para Durov, sino para el principio mismo de la privacidad digital.

Durov, una figura que durante mucho tiempo ha caminado por la cuerda floja entre la innovación y la resistencia a la autoridad, ahora se encuentra en el centro de una tormenta geopolítica. Su negativa a ceder a la presión de varios gobiernos lo ha convertido en un héroe para algunos y en un blanco para otros. Durante años, Durov ha criticado abiertamente cualquier forma de extralimitación gubernamental en el acceso a los datos personales, una postura que le ha ganado tanto admiración como enemigos poderosos.

A medida que se difunde la noticia de su arresto, muchos se preguntan qué significa esto para el futuro de Telegram, una plataforma que se ha vuelto indispensable para millones de personas en todo el mundo. Los próximos días serán cruciales, no solo para Durov, sino para el futuro de la privacidad en línea en un mundo cada vez más vigilado.

Esta historia aún está en desarrollo y todas las miradas están puestas en las autoridades francesas y en los esfuerzos diplomáticos rusos para lograr la liberación de Durov. Por ahora, una cosa está clara: la batalla por la libertad digital acaba de entrar en un nuevo e incierto capítulo.