• La crisis fue desencadenada por el aumento de los precios de los préstamos denominados en yenes.

  • Los inversores pidieron grandes préstamos a Japón para financiar sus operaciones internacionales con descuento.

El 5 de agosto fue uno de los peores días para las criptomonedas en la memoria reciente. La dependencia de los operadores del apalancamiento ha ido aumentando sutilmente los peligros para todo el mercado durante meses, y pocos lo anticiparon. Las operaciones apalancadas pueden haber sido la chispa, pero el aumento repentino del yen japonés fue el combustible. Con suerte, el efecto desaparecerá tan rápido como llegó.

La crisis fue provocada por el aumento de los precios de los préstamos denominados en yenes. Los operadores institucionales que se centran en las ganancias a corto plazo derivadas de la volatilidad de las criptomonedas son los principales impulsores de los movimientos de precios. Los operadores suelen utilizar enormes sumas de dinero prestado, o apalancamiento, para aumentar sus ganancias en las inversiones. El interés abierto, un indicador del endeudamiento neto, era de unos 40.000 millones de dólares justo antes de la catástrofe.

Alguien tiene que devolver todo ese dinero prestado. Últimamente, Japón ha sido ese lugar. Por primera vez en años, los tipos de interés de los bonos del Tesoro de Estados Unidos superaron el nivel cero en 2022 y siguieron aumentando. Los tipos en Japón se mantuvieron muy bajos. Las empresas comerciales lucrativas pidieron grandes préstamos a Japón para financiar sus operaciones internacionales con descuento. La financiación para los comerciantes, denominada en yenes, era casi gratuita.

Aunque no es un fenómeno exclusivo de las criptomonedas, este fue el eje del llamado carry trade del yen. Un estudio del banco ING afirma que, en 2024, el monto de los préstamos denominados en yenes a prestatarios extranjeros había aumentado más del 50% en comparación con los dos años anteriores, alcanzando casi los 2 billones de dólares.

Se anticipa una sólida remontada

El 31 de julio, el Banco de Japón aumentó los tipos de interés de los bonos gubernamentales a corto plazo del 0 al 0,25 por ciento, lo que cambió el rumbo. Después de que esa acción aparentemente inofensiva desencadenara una reacción en cadena, los valores de Ethereum y Bitcoin cayeron alrededor de un 18% y un 26%, respectivamente. El S&P 500, un indicador de las acciones estadounidenses, cayó más del 5% ese día, lo que indica que incluso los mercados establecidos se vieron gravemente afectados.

De hecho, según CoinGlass, entre el 4 y el 5 de agosto se liquidaron cientos de miles de transacciones por un total de más de mil millones de dólares. Datos recientes de EE. UU. sugieren que la Reserva Federal reducirá las tasas de forma más agresiva de lo previsto inicialmente. Las criptomonedas podrían experimentar un repunte a fines del verano si ese escenario se materializa.

Los mercados están preparados para una recuperación positiva ahora que los operadores están reduciendo su exposición al yen y el apalancamiento. Las criptomonedas pronto podrían registrar un sólido retorno si los mercados en general se estabilizan, lo que probablemente ocurrirá. Bitcoin ha tenido un fuerte regreso y su precio ha vuelto a superar los 60.000 dólares después de caer por debajo de los 50.000 dólares durante el desplome.

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