Según CryptoPotato, Bitcoin sigue siendo la criptomoneda más utilizada por los delincuentes, a pesar de la aparición de monedas de privacidad como Monero. El informe de Evaluación de la amenaza de la delincuencia organizada en Internet de Europol destaca que los delitos financieros siguen siendo el principal uso ilícito de las criptomonedas. La accesibilidad de Bitcoin lo convierte en un activo preferido para los grupos de ransomware, aunque los delincuentes a menudo lo convierten en monedas estables para evitar la volatilidad del mercado, especialmente cuando se obtienen mediante fraude de inversiones. El informe señala que el aumento de los precios de las criptomonedas y la atención de los medios han llevado a un aumento de los esquemas de inversión fraudulentos. Las criptomonedas, en particular la moneda estable Tether (USDT) vinculada al dólar estadounidense en la red Tron (TRX), se utilizan con frecuencia en estos esquemas debido a las bajas tarifas de transacción de la red. Además, el uso de altcoins en actividades ilícitas ha aumentado, y la banca clandestina y las tarjetas de débito criptográficas se están volviendo populares para conversiones rápidas de efectivo en cajeros automáticos. Las aplicaciones de mensajería cifrada también se utilizan cada vez más para intercambios de efectivo por criptomonedas, lo que permite a los delincuentes eludir los controles de cumplimiento y ocultar sus identidades. Europol ha expresado su preocupación por la aprobación de ETF de Bitcoin al contado, sugiriendo que podrían crear nuevas oportunidades para los estafadores. Las empresas que emiten estos ETF tienen importantes reservas de criptomonedas, lo que las convierte en objetivos atractivos para los estafadores. Si bien Bitcoin sigue siendo la criptomoneda preferida por los grupos de ransomware, el informe destaca el creciente uso de Monero (XMR) debido a sus características de privacidad, que lo convierten en una opción óptima para los delincuentes que buscan ocultar sus fondos. En enero de 2024, se descubrió una importante operación de criptojacking en Ucrania, que había extraído de forma encubierta más de 1,8 millones de euros (1,95 millones de dólares) en criptomonedas, principalmente Monero, pero también incluía Ethereum (ETH) y Toncoin (TON). El informe enfatiza que la descentralización inherente a la Web3, la tecnología blockchain y las redes peer-to-peer (P2P) crea entornos propicios para el cibercrimen. Estas tecnologías permiten que las transacciones se realicen de forma anónima y fuera del alcance de las autoridades. Europol advierte que a medida que estos sistemas descentralizados sigan evolucionando, facilitarán cada vez más las actividades cibercriminales. Las fuerzas del orden enfrentan desafíos a la hora de rastrear y procesar tales actividades, especialmente cuando los proveedores de servicios de activos virtuales no cumplen con las normas y están radicados en el extranjero. Las leyes de privacidad, en particular las relativas a las plataformas de comunicación con cifrado de extremo a extremo (E2EE), impiden que los organismos encargados de hacer cumplir la ley accedan a comunicaciones delictivas.