El blog de Binance publicó un nuevo artículo en el que se destaca la iniciativa de colaboración conocida como Cybercrime Atlas, que tiene como objetivo alterar el ecosistema cibercriminal global a través de inteligencia de código abierto y asociaciones intersectoriales. Esta iniciativa, organizada por el Foro Económico Mundial, busca mejorar los esfuerzos de mitigación de amenazas mediante la unión de empresas privadas, fuerzas de seguridad y responsables de políticas. Binance, junto con otros actores clave, contribuye activamente a identificar vulnerabilidades y fomentar un enfoque unificado para combatir las amenazas cibernéticas a nivel sistémico.

A pesar de la abundancia de datos sobre amenazas cibernéticas, los esfuerzos globales para contrarrestar el cibercrimen a menudo han sido fragmentados. El Atlas del Cibercrimen aborda esta cuestión reuniendo a expertos de diversos campos, como la ciberseguridad, los servicios financieros y la tecnología de la información, para crear un mapa integral del ecosistema cibercriminal. Lanzada en enero de 2023, la iniciativa involucra actualmente a 23 organizaciones líderes del sector privado que desarrollan estrategias para la mitigación de amenazas. Binance ha sido un participante fundamental desde el principio, participando en sesiones semanales de búsqueda de amenazas que utilizan inteligencia de código abierto para analizar las amenazas emergentes y coordinar los esfuerzos para interrumpirlas. Al colaborar con las fuerzas del orden y otras partes interesadas, el Atlas mejora la comprensión de las operaciones cibercriminales, lo que permite a los participantes tomar medidas preventivas significativas.

El informe de impacto del Atlas de delitos cibernéticos, publicado recientemente, describe los logros de la iniciativa en su primer año y ofrece una hoja de ruta para interrumpir sistemáticamente los delitos cibernéticos. Una de las conclusiones clave del informe es la importancia de comprender el ecosistema delictivo como una red compleja de actividades interdependientes. Los grupos de ciberdelincuentes, al igual que las empresas legítimas, dependen de cadenas de suministro y centros de servicios ilícitos que pueden ser atacados y debilitados mediante esfuerzos concertados. La comunidad del Atlas de delitos cibernéticos ha examinado más de 10 000 puntos de datos procesables, lo que impulsó dos campañas de interrupción transfronterizas solo en 2024. A través de sus paquetes de investigación, el Atlas ayuda a identificar puntos críticos en el ecosistema de los ciberdelincuentes, lo que garantiza que tanto las empresas privadas como las entidades públicas estén capacitadas para mitigar eficazmente las amenazas cibernéticas.

Una piedra angular del enfoque del Atlas de Ciberdelincuencia es su dependencia de la inteligencia de fuentes abiertas (OSINT), que reduce las preocupaciones sobre el intercambio de datos y al mismo tiempo permite una amplia colaboración transfronteriza. Este método facilita una comprensión más profunda del panorama delictivo sin comprometer la privacidad, lo que permite a los participantes de diferentes jurisdicciones integrar la inteligencia y la experiencia sin problemas. El uso de OSINT ha demostrado ser esencial para mapear las actividades delictivas cibernéticas, identificando los eslabones débiles que pueden explotarse para interrumpir las operaciones. Al aprovechar los datos de fuentes abiertas, los participantes pueden colaborar de manera más eficaz con organismos del sector público como las agencias de aplicación de la ley, creando oportunidades para intervenciones a gran escala que debiliten las redes de ciberdelincuencia.

El Atlas de delitos cibernéticos funciona según dos principios rectores: servir al interés público y buscar un impacto sistémico. La iniciativa se centra en interrumpir las actividades cibercriminales que dañan a la sociedad, como los ataques de ransomware a infraestructuras críticas y delitos como la trata de personas y el fraude a gran escala. Al centrarse en los actores más peligrosos, la comunidad del Atlas garantiza que sus esfuerzos protejan directamente a las personas vulnerables y los servicios esenciales. El segundo principio rector, el impacto sistémico, se refiere a los conocimientos más amplios obtenidos mediante la investigación de grupos específicos de delitos cibernéticos, lo que permite estrategias a largo plazo más eficaces para interrumpir las redes delictivas. Este enfoque garantiza que la investigación generada por el Atlas contribuya a una defensa colectiva más sólida contra las amenazas cibernéticas.

Uno de los aspectos más atractivos del Atlas de Delitos Cibernéticos es su énfasis en la acción colectiva. A través de la investigación y la inteligencia compartidas, los participantes pueden identificar puntos estratégicos en el ecosistema criminal donde la disrupción coordinada puede producir los máximos resultados. Esta colaboración se extiende al sector público, y las agencias de aplicación de la ley y los responsables de las políticas se benefician de los conocimientos generados por el Atlas. La asociación permite realizar esfuerzos mejor coordinados a través de las fronteras, lo que garantiza que los ciberdelincuentes no puedan evadir la justicia operando en regiones con marcos de ciberseguridad más débiles. Como señala Nils Andersen-Röed, director global de la Unidad de Inteligencia Financiera de Binance, la participación de Binance en tales esfuerzos contribuye a proteger el espacio de los activos digitales y el entorno digital en general. La iniciativa del Atlas de Delitos Cibernéticos se alinea con la creencia de Binance de que la seguridad en la era digital requiere un esfuerzo colectivo y concertado tanto del sector privado como del público.