En el contexto de la robótica y la inteligencia artificial (IA) cada vez más populares, DePIN y la tokenización de activos del mundo real (RWA) emergen como soluciones potenciales, ayudando a los humanos a convertirse en accionistas de la economía de las máquinas en lugar de víctimas de la automatización.

Del miedo a perder el trabajo…

En los últimos años, los robots han ido asumiendo cada vez más funciones en la economía. Según McKinsey, se estima que para 2030, alrededor de 375 millones de puestos de trabajo serán reemplazados por la automatización. La explosión de la inteligencia artificial (IA) acelera aún más este proceso, permitiendo que las máquinas inteligentes participen más profundamente en la cadena de valor.

Esta tendencia es evidente desde sistemas a gran escala como la fábrica totalmente automatizada de teléfonos inteligentes de Xiaomi o el almacén inteligente de Amazon, hasta aplicaciones más pequeñas como los robots de reparto.

Sin embargo, la consecuencia inevitable es que muchas personas perderán sus empleos, desde trabajadores de montaje de teléfonos, personal de clasificación de paquetes e incluso repartidores. Existe la opinión de que los robots liberan a las personas del trabajo pesado, pero muchas personas también están preocupadas por el desempleo debido a la automatización.

De hecho, la automatización no sólo reemplaza puestos de trabajo, sino que también crea otros nuevos. Sin embargo, el número de nuevos empleos suele ser menor y requiere mayores niveles de habilidades y educación. Por ejemplo, los servicios de taxis autónomos podrían crear puestos de trabajo para ingenieros y expertos en inteligencia artificial, pero ¿cuántos de los taxistas actuales pueden satisfacer esa demanda?

Por tanto, la oposición de los taxistas a los vehículos autónomos es comprensible. Incluso ha habido casos en los que los robots de reparto fueron atacados o la gente protestó contra los robots de recolección de té porque provocaron que miles de personas perdieran sus empleos. El público es consciente de la amenaza que la tecnología supone para sus medios de vida. Temen un futuro en el que sólo unos pocos se beneficien de la automatización, mientras millones más afrontan dificultades económicas.

…Obtenga la oportunidad de convertirse en accionista

El miedo humano surge de un sentimiento de impotencia ante la actual ola de automatización. La única manera de resolver este problema es cambiar la forma en que funciona el proceso convirtiendo a todos en accionistas, en lugar de víctimas. Y ahí es donde entra en juego Web3, especialmente DePIN y RWA.

Imagine una fábrica de teléfonos inteligentes que distribuye automáticamente una parte de sus ganancias a sus poseedores de tokens: Web3 puede hacer que eso suceda.

DePIN – Red de infraestructura física descentralizada

DePIN actúa como una red que permite que los dispositivos creen valor automáticamente para sus propietarios. Desde teléfonos inteligentes hasta drones y vehículos autónomos, DePIN permite a los usuarios ganar tokens brindando servicios del mundo real.

A medida que los dispositivos se vuelvan cada vez más inteligentes, serán capaces de realizar tareas más complejas, abriendo así más casos de uso de DePIN y oportunidades de recompensa.

El ejemplo más claro es el caso de una empresa de alquiler de coches en Viena. Después de tokenizar algunos de sus vehículos como tokens, la compañía descubrió que los poseedores de tokens tienden a tratar los vehículos con mucho más cuidado. Lavan el coche y limpian el interior voluntariamente, aunque no reciben ninguna recompensa. Es el sentimiento de propiedad, aunque sea pequeño, lo que ha creado un gran cambio en la forma en que la gente percibe estos coches.

Tesla tokenizado en las calles de Viena por la empresa Eloop El futuro donde la gente no se queda atrás

DePIN tiene un potencial similar para abordar la desigualdad social causada por la automatización. DePIN proporciona un marco que permite que los dispositivos autónomos de cualquier nivel creen valor para sus propietarios. Desde teléfonos inteligentes hasta drones y vehículos, DePIN permite a las personas explotar todo el potencial de los dispositivos cotidianos y ganar tokens al brindar servicios del mundo real.

A medida que los dispositivos se vuelvan más inteligentes, serán capaces de hacer más, lo que abre nuevos casos de uso de DePIN y más oportunidades de recompensas. Y una vez más, seremos accionistas, no víctimas, a medida que el mundo pase de la infraestructura centralizada a la propiedad comunitaria.

La innovación no se puede detener, pero nosotros, como sociedad, siempre debemos cuidar de quienes se ven afectados por ella. La automatización promete a las empresas miles de millones de dólares en nuevos ingresos, pero también corre el riesgo de dejar a millones sin poder ganarse la vida.

Con un proceso tan impactante, es importante garantizar que no beneficie solo a unos pocos, y con RWA y DePIN basados ​​en máquinas, podemos crear un futuro en el que todos tengan un interés en la floreciente economía de las máquinas.