Según CoinDesk, los blanqueadores de dinero tradicionales utilizan cada vez más redes criptográficas para mover fondos ilícitos. Un informe reciente de la empresa de análisis Chainalysis destaca la creciente tendencia de las transferencias de dinero en cadena que, si bien no son definitivamente ilegales, exhiben características que generarían preocupación en los sistemas bancarios tradicionales.

El jefe de investigación de Chainalysis, Kim Grauer, explicó que estas transacciones son parte de una infraestructura de lavado de dinero a gran escala diseñada para limpiar el efectivo que se origina fuera del mundo criptográfico. A diferencia de las estafas criptográficas, los robos y los ataques de ransomware que Chainalysis normalmente monitorea, estas transacciones provienen de billeteras que no se sabe que sean ilícitas. Sin embargo, siguen patrones que probablemente serían señalados por los departamentos de cumplimiento financiero tradicionales, como dividir los fondos en montos justo por debajo de los umbrales de informes de "conozca a su cliente" (KYC) y luego recombinarlos más tarde.

El informe de julio marca el primer intento integral de Chainalysis de documentar la escala de esta tendencia en blockchain. Los hallazgos revelaron que estas transacciones tienen un volumen significativamente mayor que la base de transacciones ilícitas conocida. Por ejemplo, al analizar todas las transferencias enviadas a los intercambios en 2024, se observó una cantidad notable de transacciones valoradas justo por debajo de la marca de $ 10,000, donde se aplican reglas KYC adicionales.

Grauer señaló que si bien una transacción justo por debajo del umbral de 10.000 dólares no es definitivamente ilícita, las instituciones financieras tradicionales han utilizado durante mucho tiempo este tipo de heurísticas para rastrear actividades delictivas. Enfatizó que los investigadores consideran múltiples factores al determinar si una transacción es sospechosa, y este es sólo uno de muchos indicadores.

Más preocupantes son las transacciones que fluyen hacia corredores extrabursátiles que anuncian abiertamente su voluntad de convertir criptomonedas criminales en dólares sin hacer preguntas. Grauer afirmó que el objetivo es avanzar en la conversación sobre técnicas de cumplimiento en la industria de la criptografía para reflejar las desarrolladas en la banca tradicional.