Las recientes elecciones en el Reino Unido han puesto freno a los planes del Banco Central Europeo (BCE) de recortar las tasas de interés. El caos político es ahora un factor clave que el BCE debe considerar mientras intenta llevar la inflación de nuevo a su objetivo del 2%. 

Una encuesta de Bloomberg entre analistas revela que el BCE adoptará una actitud cautelosa ante estos nuevos riesgos. Tras la reducción de un cuarto de punto en junio, los analistas predicen que el BCE postergará nuevos recortes cuando se reúna la próxima semana. 

La expectativa es que los recortes se reanuden en septiembre y continúen trimestralmente hasta que la tasa de depósito alcance el 2,5% el próximo año. La inflación sigue siendo un problema apremiante para la zona del euro y la recuperación del estancamiento económico es frágil. 

Sede del Banco Central Europeo (BCE) en Frankfurt, Alemania. Créditos: Reuters

Las elecciones, especialmente en Estados Unidos, están haciendo que los inversores reconsideren sus estrategias. Las elecciones presidenciales de noviembre se han convertido en la mayor amenaza para la economía de la zona del euro.

Otro mandato de Donald Trump podría alterar las políticas económicas globales. Pero claro, también lo será la continuación de Joe Biden.

De manera similar, la inestabilidad política en Francia ha hecho revivir los temores de una crisis de deuda soberana de hace una década. Dada esta incertidumbre, Christine Lagarde del BCE dice que no está asumiendo compromisos firmes sobre futuros recortes de tasas. 

En cambio, tomará decisiones basadas en los datos entrantes.  David Powell, economista senior de la zona del euro de Bloomberg, dijo: 

“La próxima reunión del 18 de julio será seguida de cerca por los inversores para afinar sus expectativas sobre el momento de la próxima reducción de tipos, aunque es casi seguro que dejará los tipos sin cambios este mes. Es probable que Lagarde insinúe otro movimiento en septiembre, sin comprometerse demasiado”.

De 29 analistas encuestados, sólo uno espera cambios en los planes de ajuste cuantitativo del BCE. Sólo dos piensan que el BCE podría trasladar las reinversiones restantes hacia Francia. Sólo un encuestado cree que el programa de flexibilización cuantitativa se activará en los próximos tres meses.

También existen preocupaciones sobre el crecimiento económico. A muchos analistas les preocupa que el crecimiento pueda ser más débil y la inflación más fuerte de lo que proyectó el BCE en junio. El aumento de los costos de los servicios, impulsado por fuertes aumentos salariales, sigue siendo una preocupación importante. 

Estos factores nos dicen que la reunión de la próxima semana probablemente será bastante divertida, y la atención se centrará en si el BCE podría intentar otra vez recortar los tipos en septiembre. Algunos creen que la posible reducción de los costos de endeudamiento de Estados Unidos por parte de la Reserva Federal podría obligar al BCE a actuar un poco más rápido.