Según Odaily, Jesse Pollak, responsable del protocolo Base, comentó la declaración del cofundador de Solana, Anatoly Yakovenko, sobre el número limitado de contratos inteligentes esenciales. Pollak destacó una diferencia filosófica entre Solana y Ethereum con respecto al uso de contratos inteligentes. Señaló que en el ecosistema de Solana, existe la creencia de que solo vale la pena escribir unos seis contratos, lo que lleva a su reutilización y a un menor enfoque en la verificación de contratos, el desarrollo de código abierto y la expansión. Solana tiene como objetivo crear un Nasdaq descentralizado con un enfoque en los mercados de capitales.

En cambio, el ecosistema Ethereum considera que el potencial de los contratos inteligentes es enorme, con énfasis en los contratos de código abierto, verificados y escalables. La misión de Ethereum es construir una economía global que abarque todos sus componentes, incluidos los mercados de capitales. Pollak expresó interés en observar cómo evolucionarán estas filosofías en los próximos años, reconociendo las oportunidades en ambos enfoques.

Anteriormente, Yakovenko respondió a los miembros de la comunidad Ethereum que sugirieron que las soluciones de Capa 2 (L2) son el modelo comercial más sostenible para las ventas de bloques. Argumentó que no son necesarias varias L2 si una sola L2 puede manejar la ejecución paralela y utilizar todo el espacio de blobs disponible para varios casos de uso. Yakovenko enfatizó que no existen contratos inteligentes o entornos de ejecución infinitamente útiles, afirmando que solo existen alrededor de seis contratos inteligentes esenciales. Criticó la noción de opciones ilimitadas para los desarrolladores, afirmando que aumenta el riesgo comercial, citando ejemplos como la interfaz ERC20 y sistemas de gobernanza adicionales.

Yakovenko explicó más en detalle en los comentarios, afirmando que en todas las cadenas de bloques, los usos principales en la actualidad son los tokens, los NFT y los creadores de mercado automatizados (AMM), seguidos de las curvas de bonos, los préstamos, los oráculos, los libros de órdenes límite centrales (CLOB) y los perpetuos. Señaló que estos factores aún no se han convertido en impulsores decisivos para la adecuación entre producto y mercado.