El mercado de criptomonedas es una bestia fascinante, llena de promesas y volatilidad. A medida que entramos en diciembre, la fiebre navideña está en pleno apogeo, y las cosas parecen decididamente alcistas. Esta época del año a menudo trae un aumento en la actividad, optimismo y nuevo dinero fluyendo al mercado. Pero, como con la mayoría de las cosas, todas las buenas rachas deben eventualmente llegar a su fin. En los últimos cinco años de comercio en Binance, he notado que ciertos patrones emergen: tendencias a las que casi puedes marcar en tu calendario.
La realidad es que las criptomonedas, al igual que la mayoría de las otras cosas, no subsisten en un vacío. Su flujo y reflujo están a merced de las necesidades y realizaciones de sus comerciantes, respondiendo a presiones externas como las festividades globales, obligaciones fiscales e incluso la simple exageración.