Kevin Day era un apasionado de la tecnología y la cultura web, conocido por ser un desarrollador de videojuegos con una gran curiosidad por el mundo digital. Tras la crisis de las puntocom, Kevin descubrió Bitcoin en 2011 y quedó fascinado con su filosofía descentralizada. En ese momento, cada Bitcoin costaba apenas $7, y él comenzó a comprar pequeñas cantidades mientras exploraba también el mundo de la minería.
Todo parecía tranquilo hasta el 19 de junio de 2011, cuando un evento histórico sacudió el ecosistema cripto. El precio de Bitcoin se desplomó de $17 a $0.01 en solo 20 minutos. Fue un auténtico pánico para los inversores. Este desplome fue causado por un hackeo al exchange Mt. Gox, que en ese entonces manejaba más del 70% de las transacciones globales de Bitcoin.
Lejos de asustarse, Kevin vio una oportunidad en medio del caos. Utilizó $3,000 para comprar la asombrosa cantidad de 259,684 BTC a un precio promedio de $0.0101 por moneda.
Unas horas después, el precio de Bitcoin comenzó a recuperarse rápidamente, subiendo un impresionante 166,000%. Sus $3,000 se convirtieron en casi $5 millones en cuestión de horas.
Aprovechando el rebote, Kevin retiró 643 BTC a su billetera personal, el máximo que Mt. Gox permitía retirar por usuario en ese momento. Pero lo que parecía una jugada maestra pronto se convirtió en una pesadilla:
Mt. Gox anunció que anularía todas las transacciones realizadas durante el desplome.
Esto significó que todos los que compraron Bitcoin durante la caída vieron cómo sus saldos fueron revertidos a cero. Kevin perdió los 259,041 BTC que compró durante el caos. Sin embargo, logró conservar los 643 BTC que había retirado antes del anuncio.
A día de hoy, esos 643 $BTC equivalen a $63,125,000, mientras que los 259,684 BTC que perdió tienen un valor de $25,494,000,000.
Kevin, en lugar de ocultarse, dio la cara en un programa de televisión para defender su decisión de aprovechar la caída. Mientras tanto, Mt. Gox nunca reembolsó a los usuarios afectados por el hackeo ni a quienes compraron durante la caída, dejando un rastro de desconfianza en el ecosistema cripto.
Kevin tuvo la suerte de retirarse a tiempo con una parte de su inversión, pero muchos otros no corrieron la misma suerte. Este hackeo marcó un antes y un después en la historia de Bitcoin y el mundo de los exchanges.
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