Las ballenas siempre jugaron igual: con tácticas de influencers, fomo y temporadas de altcoins atraían incautos con ganas de hacer fortunas fáciles, dejaban inflar la burbuja y la pinchaban dejando el terremoto al resto. El mercado se derrumbaba y llevaba unos años encontrar nuevas hordas de peces con ganas de apostar a la ola cripto.

Un pirámide Ponzi clásica donde los últimos son vaciados en masa. Funcionó un par de veces y sienten que es fácil repetir el ciclo otra vez. Pero lo es?

Algo cambio: las ballenas han sido individuos o empresas privadas que van aprovechado el esquema, esquivando regulaciones e impuestos, incluso financiando con las ganancias negocios turbios de drogas, terrorismo y gobiernos no alineados. El gran tío Sam se estaba quedando fuera de la fiesta!

Este año ellos están aquí con sus grandes fondos de inversión a través de los ETF y las ballenas lo saben: ya no pueden malgastar dinero inflando el mercado si existe un BlackRock que pueda hacer contrapeso a la tendencia. Llego la guerra fría de las cripto.

Los ETF versus las ballenas tradicionales: los fondos vienen a romper el mercado y regularlo, para eso tienen que barrer con las ballenas si que vienen por eso: a la manipulación tradicional se le suma este interés contrapuesto y por eso hay un ajedrez en marcha.

Las ballenas quieren manipular al alza para barrer a los pequeños, los ETF quieren contratacar en se momento para barrer a las ballenas cuando están comiendo y distraídas. Por eso está vez es diferente.