El avance de la computación cuántica, un tema de interés global, volvió al centro del debate con el lanzamiento del chip Willow por parte de Google. A pesar de las especulaciones sobre los posibles impactos en la seguridad del Bitcoin, los expertos aseguran que la amenaza está aún distante.
Entre ellos, Adam Back, cofundador de Blockstream y «amigo» de Satoshi Nakamoto, fue categórico al refutar las preocupaciones.
La semana pasada, Chamath Palihapitiya, ingeniero e inversor, afirmó que el Bitcoin podría estar vulnerable en un plazo de dos a cinco años si no adoptara algoritmos de seguridad resistentes a la computación cuántica.
Según Palihapitiya, serían necesarios unos 8.000 chips Willow para comprometer el algoritmo SHA-256, que protege la red de Bitcoin.
Sin embargo, Adam Back respondió rápidamente a esas declaraciones. En su cuenta de la red social X, destacó que la computación cuántica aún está a décadas de la capacidad necesaria para amenazar el Bitcoin.
Según Back, conectar varios chips de 105 qubits, como el Willow, no aumenta significativamente la capacidad de entrelazado cuántico. Afirmó que una máquina cuántica plenamente funcional con 1 millón de qubits está a al menos 20 años de distancia.
La computación cuántica no afecta al Bitcoin
Otro punto que Back levantó es que la computación cuántica actual está «cinco órdenes de magnitud» por debajo de la capacidad necesaria para romper el SHA-256. En otras palabras, esto significa que la tecnología actual es 100.000 veces menos potente de lo que sería necesario para amenazar la seguridad del Bitcoin.
Además, analistas como el pseudónimo De Facto Monk refuerzan la opinión de Back. Explicó que crear una máquina capaz de comprometer las claves privadas del Bitcoin requeriría miles de millones de dólares y una tecnología con millones de qubits entrelazados. Según él, esto no es viable en el corto o mediano plazo.
A pesar del optimismo general, expertos como David Battaglia defienden la evolución del Bitcoin hacia un modelo de seguridad post-cuántico en el futuro. Según Battaglia, aunque la computación cuántica no sea un riesgo inmediato, el progreso tecnológico podría acelerar.